Corría el año 2002 cuando llegue al municipio de apartadò llena de sentimientos encontrados, por un lado, la esperanza de iniciar un nuevo proyecto en esta bella región que había elegido para forjar un mejor futuro a pesar de su pasado cargado de violencia, y por el otro lado estaba dejando mi alma y mi corazón en la ciudad de Medellín con mi madre y mi hijo quien apenas entraba en su adolescencia.
Comencé de cero con mi empresa, en un pequeño local atenta a las necesidades de los urabaences, tenía como anhelo formar un lugar en el cual los padres de familia, docentes y hasta estudiantes, pudieran encontrar todo en un mismo lugar, teniendo como base lo engorroso que es buscar cada artículo en un lugar diferente.
El trabajo no fue fácil, sin tener los recursos económicos necesarios, visité las bananeras bajo un sol implacable y ubicadas a kilómetros de distancia entre sí, acudí a las instituciones educativas y aunque me encontré con funcionarios sin sentido de pertenencia sin ganas de luchar por una juventud que ellos creían perdida y no rescatable, no perdí la fe, porque confié en esta bella región y su anhelo de superación.
Miro atrás durante estos 17 años y pienso ´´Dios si se puede´´, toda la lucha y el sacrificio de una mujer enfocada y madura sirven para cumplir sueños. Se necesita dedicación, perseverancia y sobretodo un amor entrañable para con este municipio, el cual nunca imagine conocer, pero que ahora amo, respeto y valoro como si hubiera nacido en mi hermosa región del Urabá antioqueño
Por estas y muchas más razones no me pienso cansar de luchar, ayudar y decirle mil veces
"Gracias Urabá por adoptarme y darme su calorcito"